jueves, 11 de diciembre de 2014

TENDINITIS DEL TENDÓN ROTULIANO (II): TRATAMIENTO

La mayoría de los pacientes con rodilla de saltador (tendinopatía  de rótula, tendinosis de rótula,  tendinitis de rótula) responden a un programa de manejo conservador. Podemos seguir una serie de pasos para mejorar el estado de la lesión.


  • Modificación  de la actividad: Disminuir las actividades que aumentan la presión patelofemoral (por ejemplo salto, sentadillas). Si es posible iniciar unas actividades  suaves de carga excéntrica.
  • Crioterapia: Aplicación de hielo durante 20-30 minutos, 4-6 veces al día, especialmente después de la actividad. El hielo disminuye la inflamación en los procesos agudos, disminuye también el metabolismo y es analgésico.
  • Evaluación de la movilidad y la cinemática  articular: Evaluar la cadera, rodilla, tobillo y sus rangos de movimiento.
  • Estiramientos:
    • flexores de la cadera y rodilla
    • extensores de la cadera y rodilla
    • banda iliotibial
    • retículo rotuliano
  • Fortalecimiento: Potenciar  los músculos utilizando la cadena cinética cerrada y ejercicios excéntricos (es decir, descensos con una sola pierna en cuclillas). Se ha comprobado que la potenciación  excéntrica del  cuádriceps en una plataforma inclinada es  superior a los ejercicios concéntricos de potenciación  en términos de dolor, satisfacción en el tratamiento, y la vuelta a la normalidad. Ponerse en cuclillas  en una plataforma inclinada, con una inclinación de  25 º aumenta la carga del tendón rotuliano frente a una sentadilla. 


  • Entrenamiento  deportivo específico


Si con esto no podemos volver a la práctica deportiva habitual, y no hay un cese de las molestias, deberemos de recurrir a la fisioterapia o incluso al tratamiento cínico. Esto podría ser objeto de otro analisis en el futuro.


TENDINITIS DE TENDÓN ROTULIANO


Definición:


Una tendinitis es una Inflamación de un tendón debida, generalmente, a un golpe o a un esfuerzo excesivo.

La incidencia de lesiones secundarias a la práctica deportiva es cada vez mayor. Por ello, gran parte de la actividad de los profesionales de las ciencias de la salud y la actividad física es el tratamiento y la prevención de estas lesiones, especialmente aquellas provocadas por una mecanismo de sobrecarga.
Dentro de éstas encontramos los procesos patológicos que afectan al tendón rotuliano, cada vez más
frecuentes en deportes como el voleibol, baloncesto, atletismo o fútbol, donde se combinan gestos deportivos que requieren fuerza y velocidad en la extensión de la pierna. Rodilla del saltador, rodilla del futbolista, tendinitis rotuliana, entesitis rotuliana, “jumper`s knee” son denominaciones que recibe esta lesión. 

Descripción anatómica:


En la parte anterior del muslo, se ubica el músculo extensor de la rodilla que está formado por los músculos recto femoral y 3 músculos vastos (el músculo vasto medial, vasto latera, y el vasto  intermedio) que se unen en el  tendón del cuádriceps que se inserta en el polo proximal de la rótula, el mayor hueso sesamoideo del cuerpo humano, que es un hueso móvil. Este mismo tendón, cuya parte se inserta en el polo inferior de la rótula se conoce como tendón rotuliano y se extiende desde del polo inferior de la rótula hasta su inserción distal en la tuberosidad tibial. El tendón junto con la rótula se llama el mecanismo del cuádriceps (mecanismo extensor de la rodilla). Aunque pensamos que se trata de un único dispositivo, el mecanismo del cuádriceps tiene dos tendones separados, el tendón del cuádriceps en la parte superior de la rótula y el tendón rotuliano por debajo de la rótula.



La contracción del músculo cuadriceps tracciona de los tendones del mecanismo del cuádriceps. Esta acción hace que la rodilla se extienda. La rótula actúa como un fulcro (punto de apoyo de una palanca)  para aumentar la fuerza de los músculos del cuadriceps.
Los huesos largos del fémur y la tibia actúan como brazos niveladores, distribuyendo la fuerza o la carga en la articulación de la rodilla y los tejidos blandos circundantes. La cantidad de carga puede ser muy importante. Por ejemplo, la carga que soportan las extremidades inferiores (incluido rodilla) son dos a tres veces el peso corporal durante la marcha normal y hasta cinco veces el peso corporal cuando se corre.


Estudios radiológicos e histológicos han demostrado que la parte posterior proximal de las fibras del tendón rotuliano parecen ser los más comúnmente afectados en la rodilla de saltador. Sin embargo, En contra de estas conclusiones, investigaciones biomecánicas han demostrado que estas fibras posteriores puede soportar una mayor resistencia a la tracción no antes de fallar, en comparación con las fibras anteriores


Síntomas


La rodilla de saltador (tendinopatía rotuliana, tendinosis rotuliana, tendinitis rotuliana) comúnmente ocurre en los atletas que participan en deportes de salto aunque también tiene enorme relevancia en el ámbito laboral como enfermedad ocupacional. Los síntomas de la tendinitis patelar son dolor en la parte anterior de la rodilla, y en ocasiones una inflamación en el tendón rotuliano. El dolor es fuerte por lo general durante las actividades tales como saltar o correr, y persiste como un dolor sordo después de la actividad. Inicialmente el dolor puede estar presentes sólo durante el inicio o después de completar la actividad deportiva o el trabajo, y posteriormente progresa y empeora y se hace más constante. Las actividades cotidianas tales como subir y bajar escaleras podría ser muy dolorosas. 
La aparición de los síntomas es insidiosa. Es raro que describan un antecedente traumático. Por lo general, la participación es infra-rotuliana en o cerca del polo inferior de la rotula, pero también puede ser supra-rotuliana.
Dependiendo de la duración de los síntomas, la rodilla de saltador puede clasificarse en 1 de 4 estadios, de la siguiente manera:
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Estadio 1 - El dolor sólo después de la actividad, sin menoscabo funcional
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Estadio 2 - Dolor durante y después de la actividad, aunque el paciente sigue siendo capaz de llevar a cabo satisfactoriamente su deporte
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Estadio 3 - dolor prolongado durante y después de la actividad, cada vez con mayor dificultad en el desempeño a un nivel satisfactorio
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Estadio 4 – Rotura completa del tendón que requieren reparación quirúrgica



Causas



Factores extrínsecos (externos) que están vinculados con el uso excesivo del tendón. Estos incluyen:

el calzado inadecuado,

  • Errores de entrenamiento (frecuencia, intensidad, duración),

  • Problemas de la superficie o suelo (de superficie dura, cemento) que se utiliza para el deporte o evento (como por ejemplo correr).

  • Errores de entrenamiento, que se resumen en la regla de los "toos" (too much, too far, too fast, or too long). Esto se refiere a demasiado entrenamiento, demasiado lejos, demasiado rápido o demasiado largo. Avanzar en el plan de entrenamiento en la agenda demasiado rápido es una de las principales causas de la tendinitis rotuliana.  




Factores intrínsecos (internos) como:

La edad, la flexibilidad y la laxitud articular

Sobrepeso. Además, el sobrepeso o la obesidad aumenta el estrés sobre el tendón rotuliana, y algunas investigaciones sugieren que el hecho de tener un mayor índice de masa corporal puede aumentar el riesgo de la tendinitis rotuliana.

Contractura de los músculos de la extremidad inferior. La reducción de la flexibilidad en los músculos del muslo (cuadriceps) y los isquiotibiales, podría aumentar la tensión en el tendón rotuliano.

Mal alineación del pie, tobillo y pierna. Pueden desempeñar un papel clave en la tendinitis. La posición del pie en el suelo, las anomalías en el recorrido de la rótula, la rotación de la tibia, llama torsión tibial, y una diferencia de longitud de las piernas pueden provocar aumento, y a menudo, una distribución asimétrica de la carga en el mecanismo del cuadriceps. 

Rótula alta. Esta alteración provoca un aumento de tensión en el tendón rotuliano.


Desequilibrio muscular de la extremidad inferior (desde la cadera hasta la punta del pie). Si alguno grupo muscular en las extremidades inferiores es más fuerte que otro, los músculos más fuertes traccionan con más fuerza del tendón rotuliana. Esta desigual tracción podría causar tendinitis.





 




miércoles, 10 de diciembre de 2014

ARTICULACIÓN DE LA RODILLA Y SU MECÁNICA ARTICULAR





La rodilla es la articulación más grande del esqueleto humano; en ella se unen 3 huesos: el extremo inferior del fémur, el extremo superior de la tibia y la rótula (aumenta el brazo de palanca del aparato extensor de la rodilla). Constituye una articulación de suma importancia para la marcha y la carrera, que soporta todo el peso del cuerpo en el despegue y la recepción de saltos. 1- 3 
Su mecánica articular resulta muy compleja, pues por un lado ha de poseer una gran estabilidad en extensión completa  para soportar el peso corporal sobre un área relativamente pequeña; pero al mismo tiempo debe estar dotada de la movilidad necesaria para la marcha y la carrera y para orientar eficazmente al pie en relación con las irregularidades del terreno. 4, 5 
Actualmente, además de los trabajos donde se utilizan técnicas de disección en cadáveres y radiografías, se investiga a través de resonancia magnética nuclear, fotografiada en distintos ángulos durante sus movimientos.  Su estudio está condicionado por la alta incidencia de traumatismos y enfermedades osteodegenerativas que la afectan
La presente revisión se basa en los aspectos referentes a los movimientos que ejecuta y los factores que los limitan, además de los elementos que contribuyen a su estabilidad.

DESARROLLO

Anatomía de la rodilla
La rodilla se clasifica como biaxial y condílea, en la cual una superficie cóncava se desliza sobre otra convexa alrededor de 2 ejes. Como superficies articulares presenta cóndilos del fémur, superficie rotuliana del fémur, carilla articular de la rótula y meniscos femorales (estructuras cartilaginosas que actúan como cojinetes, amortiguando el choque entre el fémur y la tibia).1, 6, 7   La cápsula articular es grande y laxa, y se une a los meniscos.
Por otro lado, conviene destacar que otros anatomistas sostienen que la articulación de la rodilla está compuesta, desde el punto de vista morfológico, por la yuxtaposición de dos articulaciones secundarias: la femororrotuliana (que es troclear) y la femorotibial (que es condílea con meniscos interpuestos);1, 8, 9 la primera de las cuales constituye  una articulación por deslizamiento; protege por delante el conjunto articular y; elevando al mismo  tiempo al músculo cuadríceps, permite que las tracciones de este sobre la tibia tengan lugar con un cierto ángulo de inclinación y no en sentido paralelo, pues así aumenta su poder de tracción. 9
Con respecto a la articulación femorotibial puede decirse que el menisco articular la divide en 2 cámaras: la proximal o superior, que corresponde a la articulación femoromeniscal, responsable de los movimientos de flexión y extensión de la pierna; y la distal o inferior, que corresponde a la articulación meniscotibial y permite los movimientos de rotación de la pierna.
La rodilla humana está construida normalmente con un cierto grado de valguismo. Ello  significa que estando extendido el miembro inferior, los ejes del fémur y de la tibia no se continúan en línea recta, sino que forman un ángulo obtuso abierto hacia afuera (ángulo femorotibial).1, 6, 7
Este ángulo de divergencia de los 2 huesos que constituyen la articulación mide, como  término medio, de 170 a 177º.  Conviene distinguir desde el punto de vista de construcción de la rodilla humana, el eje anatómico o diafisario del fémur (línea que une el centro de la escotadura intercondílea con el vértice del trocánter mayor) del llamado eje mecánico o dinámico de este, que es la línea que une el centro de la cabeza femoral con el centro anatómico de la rodilla y el centro de la articulación tibiotarsiana; este último eje representa la línea de apoyo o gravedad de toda la extremidad inferior. En los individuos normales, el eje mecánico o dinámico pasa por el centro de la articulación, o bien un poco por dentro (cóndilo interno), o un poco por fuera (cóndilo externo). No sucede lo mismo en las desviaciones patológicas conocidas como genu valgum y genu varum (ver más adelante). En estos casos, la línea pasa completamente por fuera (genu valgum)  o  por dentro  de la rodilla (genu varum).10, 11
Posee un fuerte aparato ligamentoso, cuyos ligamentos son: colateral tibial o interno y fibular o externo, transverso de la rodilla, meniscofemoral anterior y posterior, así como cruzados   anterior y posterior1, 6,  7 (figura).
                                        Figura. Vista anterior de la articulación de la rodilla
1.-Cuadriceps (recto femoral), 2.-Fémur, 3.-Rótula, 4.-Lig. colateral peroneo,
5.-Menisco lateral, 6.-Peroné, 7.-Tibia, 8.-Lig. cruzado posterior, 9.-Lig. colateral tibial
10.-Lig. cruzado anterior, 11.-Lig. Interno Izquierdo roto, 12.-Lig. cruzado anterior roto
Mecánica articular
La articulación de la rodilla puede permanecer estable cuando es sometida  rápidamente a cambios de carga durante la actividad, lo cual se conoce como estabilidad dinámica de la rodilla 12, 13  y   es  el resultado de la integración de la geometría articular, restricciones de los tejidos blandos y cargas aplicadas a la articulación a través de la acción muscular y el punto de apoyo que sostiene el peso.
La arquitectura ósea de la rodilla suministra una pequeña estabilidad a la articulación,  debido a la incongruencia de los cóndilos tibiales y femorales; sin embargo, la forma, orientación y propiedades funcionales de los meniscos mejora la congruencia de la articulación y puede suministrar alguna estabilidad, que es mínima considerando los grandes pesos trasmitidos a través de la articulación. 13, 14  La orientación y propiedades materiales de los ligamentos, cápsula y tejidos musculotendinosos de la rodilla contribuyen significativamente a su estabilidad. 15
Los ligamentos de la rodilla guían los segmentos esqueléticos adyacentes durante los movimientos articulares y las restricciones primarias para la traslación de la rodilla durante la carga pasiva. Las restricciones de fibras de cada ligamento varía en dependencia del ángulo de la articulación y el plano en el cual la rodilla es cargada. 14, 16  La estabilidad de la rodilla está asegurada por los ligamentos cruzados anterior y posterior y los colaterales interno (tibial) y externo (peroneo). El ligamento cruzado anterior (LCA) tiene la función de evitar el desplazamiento hacia delante de la tibia respecto al fémur; el cruzado posterior (LCP) evita el desplazamiento hacia detrás de la tibia en relación con el fémur, que a 90º de flexión se verticaliza y tensa y por ello es el responsable del deslizamiento hacia atrás de los cóndilos femorales sobre los platillos tibiales en el momento de la flexión, lo cual proporciona estabilidad en los movimientos de extensión y flexión. 1, 7, 17
Los ligamentos laterales brindan una estabilidad adicional a la rodilla; así, el colateral externo o peroneo (LLE), situado en el exterior de la rodilla,   impide que esta se desvíe hacia adentro, mientras que el colateral interno o tibial (LLI) se sitúa en el interior de la articulación, de forma que  impide la desviación hacia afuera, y su estabilidad depende prácticamente de los ligamentos y los músculos asociados.  1,  6,  17,  18
Consecuentemente, en la mayoría de los casos hay muchos ligamentos que contribuyen sinergísticamente a la estabilidad dinámica de la rodilla; 4, 8, 11, 13   mientras que los esfuerzos combinados de ligamentos y otros tejidos blandos suministran a la rodilla buena estabilidad en condiciones cuando las cargas aplicadas a la articulación son moderadas, la tensión aplicada a estos tejidos durante alguna actividad agresiva (detener o cambiar con rapidez la dirección en ciertos deportes) suele exceder a su  fuerza. Por esta razón se requieren fuerzas estabilizadoras adicionales para mantener la rodilla en una posición donde la tensión en los ligamentos permanezca dentro de un rango seguro. Las fuerzas compresivas de la rodilla, resultantes del soporte del peso del cuerpo y las cargas aplicadas a los segmentos articulares por actividad muscular, suministran estas fuerzas estabilizadoras.  13 - 15
La articulación de la rodilla realiza fundamentalmente movimientos en 2 planos perpendiculares entre sí: flexoextensión en el plano sagital (eje frontal) y rotación interna y externa  en el plano frontal (eje vertical).
Para los movimientos debe tenerse  en cuenta que el espesor y volumen de un ligamento son directamente proporcionales a su resistencia e inversamente proporcionales a sus posibilidades de distensión. 4, 5
1.  Movimientos de flexión y extensión: Se realizan  alrededor de un eje frontal, bicondíleo, que pasa los epicóndilos femorales.
La cara posterior de la pierna se aproxima a la cara posterior del muslo en el curso de la flexión, pero sucede lo contrario durante  el  movimiento de extensión.
A partir de la posición 0º (posición de reposo: cuando el muslo y la pierna   se prolongan entre sí en línea recta, formando un ángulo de 180º), la flexión de la pierna alcanza por término medio 130º; pero el límite máximo de la amplitud de ese movimiento no es este, pues tomando el pie con una mano puede ampliarse.
La flexoextensión de la rodilla resulta de la suma de 2 movimientos parciales que ejecutan los cóndilos femorales: un movimiento de rodado, similar al que realizan las ruedas de un vehículo sobre el suelo y un movimiento de deslizamiento de aquellos sobre las cavidades glenoideas; este último de mayor amplitud que el primero.
El movimiento de rotación o rodado tiene lugar en la cámara femoromeniscal; y la fase de deslizamiento, en la  meniscotibial.  8, 19
En los movimientos de flexiónextensión, la rótula se desplaza en un plano sagital. A partir de su posición de extensión, retrocede y se desplaza a lo largo de un arco de circunferencia, cuyo centro está situado a nivel de la tuberosidad anterior de la tibia y cuyo radio es igual a la longitud del ligamento rotulando. Al mismo tiempo, se inclina alrededor de 35º sobre sí misma, de tal manera que su cara posterior, que miraba hacia atrás, en la flexión máxima está orientada hacia atrás y abajo; por tanto, experimenta un movimiento de traslación circunferencial con respecto a la tibia.  20
Limitantes de la flexión:  a)  Distensión de los músculos extensores (cuádriceps crural); b) por la masa de los músculos flexores en el hueco poplíteo; y c) El segmento posterior de los meniscos.
Limitantes de la extensión: a) Distensión de los músculos flexores; b) el segmento anterior de ambos meniscos; c) la distensión de la parte posterior del manguito capsuloligamentoso; d) los 2 ligamentos laterales, que al estar situados por detrás del eje de movimientos, se ponen cada vez más tensos a medida que el movimiento de extensión progresa.
En la fase de postura, la flexión de la rodilla  funciona como un amortiguador para ayudar en la aceptación del peso.
La función de  los ligamentos cruzados en la limitación de los movimientos angulares de la rodilla varía, según la opinión de los diferentes autores.
2.  Movimientos de rotación de la rodilla: Consisten en la libre rotación de la pierna, o sea, en que tanto la tibia como el peroné giran alrededor del eje longitudinal o vertical de la primera, en sentido externo o interno.
La rodilla  puede realizar solamente   estos movimientos de rotación cuando se encuentra en posición de semiflexión, pues se producen  en la cámara distal de la articulación y consisten en un movimiento rotatorio de las tuberosidades de la tibia, por debajo del conjunto meniscos-cóndilos femorales.
En la extensión completa de la articulación, los movimientos de rotación no pueden realizarse porque lo impide la gran tensión que adquieren los ligamentos laterales y cruzados.
La máxima movilidad rotatoria activa de la pierna se consigue con  la rodilla en semiflexión de 90º. La rotación externa es siempre más amplia que la  interna (4 veces mayor, aproximadamente). 1, 6, 7
En la rotación interna, el fémur gira en rotación externa con respecto a la tibia y arrastra la rótula hacia afuera: el ligamento rotuliano se hace oblicuo hacia abajo y adentro. En la rotación externa sucede lo contrario: el fémur lleva la rótula hacia adentro, de manera que el ligamento rotuliano queda oblicuo hacia abajo y afuera, pero más oblicuo hacia fuera que en posición de rotación indiferente.  21,  22
La capacidad de rotación de la articulación de la rodilla confiere a la marcha humana mayor poder de adaptación a las desigualdades del terreno y, por consiguiente, mayor seguridad.  Los movimientos de rotación desempeñan  también una función  importante en la flexión de las rodillas, cuando se pasa de la posición de pie a la de cuclillas. La capacidad de rotación de  la rodilla permite otros muchos movimientos, por ejemplo: cambiar la dirección de la marcha, girar sobre sí mismo, trepar por el tronco de un árbol y tomar objetos entre las plantas de los pies.
Por último, existe una rotación axial llamada "automática", porque va unida a los movimientos de flexoextensión de manera involuntaria e inevitable. Cuando la rodilla se extiende, el pie se mueve en rotación externa; a la inversa, al flexionar la rodilla, la pierna gira en rotación interna. En los movimientos de rotación axial, los desplazamientos de la rótula en relación con la tibia tienen lugar en un plano frontal; en posición de rotación indiferente, la dirección del ligamento rotuliano es ligeramente oblicua hacia abajo y afuera.
Los 2 ligamentos cruzados limitan el movimiento de rotación interna, que aumentan su cruzamiento, y deshacen este último  cuando la pierna rota internamente, por lo que no pueden restringir  este movimiento de manera alguna. El movimiento de rotación externa es limitado por el ligamento lateral externo, que se tuerce sobre sí mismo, y por el tono del músculo poplíteo.
Al igual que sucede en los movimientos de flexoextensión, los meniscos también se desplazan en el curso de los movimientos rotatorios de la pierna; desplazamientos en los cuales reside la causa de su gran vulnerabilidad.
Las lesiones meniscales solamente se pueden producir, según esto, en el curso de los movimientos articulares, y no cuando la rodilla se encuentra bloqueada en extensión.
Combinaciones incoordinadas de los movimientos de rotación (sobre todo la interna), que hunden el menisco en el ángulo condilotibial, punzándole, con los de flexión y extensión, son causantes  de tales lesiones meniscales.
Hay autores  4, 8, 11, 13  que describen otras 2 clases de movimientos en la rodilla:
3. Movimientos de abducción y adducción:   Son más conocidos en semiología con el nombre de movimientos de inclinación lateral y corresponden realmente más a un juego mecánico de conjunto, que a una función que posea una utilidad definida.  En la posición de extensión, y fuera de todo proceso patológico, son prácticamente inexistentes. Su amplitud es del orden de 2 a 3º y obedecen  a uno de los caracteres del cartílago articular, que es el de ser compresible y elástico.
4. Movimientos de la rótula:  Generalmente se considera que los movimientos de la rótula no influyen  en  los  de la rodilla.  La patela sufre un ascenso en la extensión y desciende en la flexión.
Desplazamientos en la articulación femororrotuliana
El movimiento normal de la rótula sobre el fémur durante la flexión es una traslación vertical a lo largo de la garganta de la tróclea y hasta la escotadura intercondílea. El desplazamiento de la rótula equivale al doble de su longitud (8 cm) y lo efectúa mientras gira en torno a un eje transversal; en efecto, su cara posterior, dirigida directamente hacia atrás en posición de extensión, se orienta hacia arriba cuando la rótula, al final de su recorrido, se aplica en la flexión extrema, debajo de los cóndilos, por lo cual  se trata de una traslación circunferencial.  4,  8, 11
Desplazamientos de la rótula sobre la tibia
Es posible  imaginarse la rótula incorporada a la tibia para formar un olécranon como en el codo;  disposición que al impedir  todo movimiento de la rótula en relación con la tibia, limitaría de modo notable su movilidad e inhibiría  incluso cualquier movimiento de rotación axial.
La  rótula efectúa 2 clases de movimientos con respecto a la tibia, según se considere la flexión-extensión o la rotación axial.
Las fuerzas que actúan sobre la rodilla durante la marcha son: el peso del cuerpo, equilibrado con la fuerza de reacción del suelo y las contracciones de los grupos musculares, que originan  un movimiento entre los elementos articulares mediante el desplazamiento de las superficies articulares entre sí, producido por el par de fuerzas generado por el peso del cuerpo y las contracciones musculares. La fuerza resultante que cierra y equilibra al sistema que actúa sobre la articulación, sin producir movimiento, es la fuerza de reacción articular que comprime las superficies articulares entre sí.  23,  24
Durante las actividades del miembro inferior se generan  fuerzas en la rodilla: una de ellas en la articulación femororrotuliana y otra en la femorotibial, que a su vez puede descomponerse en un componente en el compartimento medial y otro en el lateral. Dichas fuerzas son las causantes  del daño progresivo de las superficies articulares, al ir lesionando la estructura del cartílago con sus componentes de compresión, fundamentalmente, y de cizallamiento; este último se desprecia en los estudios biomecánicos, por ser prácticamente inexistente, debido al bajísimo coeficiente de fricción cartílago-cartílago que obedece,  por un lado, a las propiedades viscoelásticas de este y, por otro, a la lubricación proporcionada por el líquido sinovial.  8,  25
La articulación femorotibial (FT) posee un movimiento tridimensional y, por tanto, 3 componentes de giro: angulación varovalgo (plano frontal, eje anteroposterior), rotación (plano transversal, eje vertical) y flexoextensión (plano sagital, eje transversal). También tiene 3 componentes de desplazamiento: mediolateral, anteroposterior y compresión-separación, de los cuales solo  es trascendente el segundo  en un mecanismo combinado con el rodamiento de los cóndilos femorales sobre la tibia, guiado por el ligamento cruzado posterior, que predomina en los primeros grados de flexión y el desplazamiento al final de esta. El desplazamiento mediolateral resulta mínimo, atribuible a la congruencia articular proporcionada por los meniscos y las partes blandas (ligamentos y contracción muscular).
El movimiento de rotación suele ser  generalmente automático e involuntario y de un orden de magnitud poco importante (nulo en extensión completa, con máximo de 10 a 90° de flexión); así pues, el movimiento principal es el de flexoextensión. 19, 21
Conviene señalar que el grado de flexión de la rodilla en un ciclo de marcha, varía a lo largo de dicho ciclo, pero nunca logrará estar  completamente extendida. Este movimiento de flexoextensión funciona como un helicoide y no como una bisagra simple, pues existe una combinación de flexoextensión con rotaciones, debida a la mayor dimensión proximodistal del cóndilo medial respecto al lateral.  8
Asimismo, para el movimiento de flexión, el deslizamiento anteroposterior femorotibial aumenta la potencia del aparato extensor hasta en  30 %, al obtener un momento mecánico más favorable.
Por el mecanismo de rotación automática descrito anteriormente sucede el fenómeno conocido como autoatornillamiento, que produce el bloqueo femorotibial en extensión completa y aumenta la estabilidad articular, entre otras situaciones, en el instante del apoyo del talón en la marcha. Dicho mecanismo tiene lugar mediante la rotación externa progresiva, con la extensión de la rodilla en fase de balanceo, y provoca el bloqueo progresivo  en los últimos 15° de extensión.  22,  25
El centro instantáneo de rotación de la articulación FT para la flexoextensión se encuentra, en condiciones normales, en el fémur, aproximadamente en la inserción de los ligamentos colaterales en la perpendicular al punto de contacto y va desplazándose dorsalmente con la flexión, en una línea curva suave de concavidad craneal;  tal desplazamiento es explicable, entre otros factores, por el deslizamiento femoral sobre la tibia durante la flexión. A causa de esta variación, los diferentes grupos musculares van variando su momento en un sentido que favorece su funcionalismo.

LESIONES DE CADERA






¿ Que es la bursitis de cadera?


La bursitis de cadera es el término que se utiliza para definir la inflamación de la bursa en esta zona. La bursa es una bolsa que contiene líquido sinovial cuya función es la de actuar como colchón amortiguador de golpes entre un tendón y un hueso. Al dañarse la bursa sentiremos inflamación, exceso de líquido y dolor en la zona.



Causas de la bursitis de cadera

Entre las principales causas de la bursitis de cadera se pueden destacar:

-Traumatismo repetitivo en la zona de la cadera.

-Presión en la cadera causada por permanecer sentados en superficies duras durante largo periodo de tiempo.

-Caídas que ocasionen golpes directos sobre la cadera, pudiendo lesionarla.

-Desequilibrio: Cuando tenemos una pierna ligeramente más larga que la otra.

-Actividades deportivas que requieren de movimientos continuados de cadera como el ciclismo, correr o subir pendientes.

-Uso excesivo reiterado o estrés de la cadera.

-Infección con bacterias, como Staphylococcus aureus (o una infección por estafilococo).

-Diabetes.

-Gota.

-Artritis reumatoide.

-Problemas de columna vertebral, como la escoliosis.

-Espolones óseos en la cadera.

-Cirugías anteriores, como una artroplastia de cadera o un reemplazo de la articulación de la cadera.

Síntomas de la bursitis de cadera

La Bursitis de cadera presenta una serie de síntomas como inflamación, exceso de líquido, dolor en la zona y sensación de calor alrededor del área afectada. Otros síntomas comunes de la bursitis de cadera son:

-El dolor empeora cuando presionamos la cadera.

-Muestras de dolor e hinchazón en la parte externa de la cadera o muslo. Puede presentarse el dolor también en la nalga o en la ingle para posteriormente desplazarse a la cadera.

-Rigidez de movimientos en la cadera.

-Puede observar un ligero chasquido al elevar las piernas.

-Dolor en el lado externo de la cadera que empeora al correr, pudiendo hacerlo aún más si se corre sobre terrenos irregulares.

-Cuando se duerme, el dolor puede irradiar debajo del muslo.

-Dolor cuando se levanta la pierna hacia los lados (por ejemplo cuando se realiza una patada lateral).

El dolor de la Bursitis de cadera es a menudo agudo en los primeros días y sordo y molesto más tarde, notándose más al levantarse de una silla o de la cama, al estar sentado durante mucho tiempo y al dormir sobre el lado afectado. Por lo general, la bursitis aguda surge en el término de horas o días. La bursitis crónica puede durar desde algunos días hasta varias semanas, y puede desaparecer y reaparecer de nuevo. La bursitis aguda puede volverse crónica si reaparece o si se produce una lesión de cadera. Con el tiempo, es posible que la bolsa se vuelva gruesa, lo que puede empeorar la hinchazón. Esto puede provocar movimiento limitado y hacer que los músculos de la cadera se debiliten (atrofia muscular).

Consejos para prevenir la bursitis de cadera

La Bursitis de cadera se puede evitar siguiendo esta serie de consejos:

-Retirar la presión de las caderas. 

-Usar zapatos planos que sean acolchados y cómodos. 

-Evitar permanecer sentado o de pie durante largos periodos de tiempo, especialmente sobre superficies duras. 

-Siempre que sea posible, sentarse sobre superficies blandas, como sillas acolchadas o cojines de espuma blanda. 

-No acostarse sobre la cadera con bursitis. 

-Al levantar objetos del suelo, doblar las rodillas, nunca por las caderas.

-Mantener el peso corporal normal con una dieta saludable.

-Estirar, calentar y enfriar. Hacer siempre movimientos de calentamiento y estirar los músculos suavemente antes de los ejercicios. Al terminar éstos, hacer ejercicios de enfriamiento y estiramiento. Esto aflojará los músculos y disminuirá el estrés en las caderas. Descansar en los intervalos de los ejercicios.

-Usar zapatos con buen ajuste. Comprar zapatillas deportivas que se ajusten bien a los pies. 

-Correr o ejercitarse sobre superficies planas y regulares. 

-Si es necesario, usar plantillas ortóticas en los zapatos para ayudar a alinear correctamente los pies, piernas y caderas.

-Si una de las piernas es más corta que la otra, usar un tacón en la pierna más corta para ayudar a disminuir el estrés en la articulación de la cadera. También se puede utilizar un bastón.

Tratamiento para la bursitis de cadera

El tratamiento de la Bursitis de cadera consta de esta serie de medidas que pueden ayudar a mejorar la dolencia y aliviar el dolor:

-Descansar la cadera lo máximo posible para disminuir el dolor y la hinchazón.

-Evitar las actividades que empeoran el dolor, como subir escaleras. Sentarse en una silla acolchada o sobre un cojín de espuma blanda puede ayudar a aliviar el dolor. Cuando disminuya el dolor, comenzar lentamente con los movimientos normales.

-Comenzar con ejercicios suaves cuando los médicos lo autoricen. El ejercicio es importante para estirar los músculos y mantenérlos fuertes. No comenzar a correr o hacer otros ejercicios fuertes antes de que el dolor haya pasado por completo y su médico lo autorice.

-Aplicar hielo en la parte exterior de la cadera para calmar el dolor y bajar la inflamación.

-Correr solamente en terrenos planos (no a las carreras de campo o parkour)
No practicar acrobacias o técnicas de lanzamiento.

-Medicamentos recetados por el médico: antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos y esteroideos.

-Fisioterapia: ultrasonidos para aumentar el flujo de sangre hacia el área lesionada y masajes para estirar los tejidos y producir calor en la lesión lo cual aumenta el flujo de sangre hacia el área lesionada.

-Extracción del exceso de líquido de la bursa: La extracción del exceso de líquido puede ayudar a que la bursitis mejore con más rapidez. Este líquido puede ser enviado al laboratorio para que lo examinen y constaten si existe una infección.

-Posición para dormir: Dormir de espaldas o sobre el lado que no se tiene la bursitis. Colocar almohadas entre las rodillas al acostarse de lado.

-Pérdida de peso: Si se tiene sobrepeso se debe adelgazar para quitarle presión a las caderas.

-Infiltraciones con Factores de Crecimiento: regeneran y cicatrizan rápidamente los tejidos dañados sin necesidad de cirugía, pudiéndose combinar con la Ozonoterapia.



LESIONES DE CADERA




¿Que es la artrosis de cadera?



La artrosis de cadera es una enfermedad degenerativa de la articulación bastante frecuente que se produce cuando el cartílago de la cadera se va desgastando a causa de movimientos repetitivos, de la no utilización o del envejecimiento. Con el tiempo, si no se trata la artrosis, el cartílago puede desgastarse por completo, provocando que los huesos rocen entre sí directamente, lo que hace que sea muy doloroso moverse.

La artrosis de cadera suele desarrollarse en personas de edad avanzada, siendo más frecuente en hombres que en mujeres. Aún así, se puede padecer de esta dolencia siendo más joven si se ha sufrido algún tipo de enfermedad previa en la cadera, como una luxación congénita, un traumatismo o algún tipo de inflamación o infección. Todos estos procesos previos pueden dejar secuelas en la cadera que favorecen el que se desarrolle una artrosis precoz en la articulación. 




 Causas de la artrosis de cadera

La artrosis de cadera puede estar causada por:

-Sobrepeso: el peso excesivo sobrecarga las articulaciones.

-Malas posturas: provocan cargas anormales sobre las articulaciones.

-Cargas unilaterales: a veces causadas por el trabajo.

-Cargas muy centralizadas en una parte concreta: por ejemplo, en los casos de deporte de alta competición.

-Alteraciones del eje axial como por ejemplo piernas en X o en O.

-Alteraciones, desviaciones, etc., como una rótula demasiado pequeña.

-Lesión del cartílago: existe un alto riesgo de sufrir artrosis.

-Poca actividad física: disminuye la producción de sinovia.

Sintomas de la artrosis de la cadera

El síntoma fundamental que produce la artrosis de cadera es un dolor localizado en la región de la ingle. En ocasiones, el dolor se puede extender a otras partes del cuerpo y se pueden notar molestias en el muslo, la rodilla y la nalga.

En las primeras fases de la enfermedad, el dolor sólo aparece cuando se fuerza mucho la articulación, como después de una gran caminata o después de subir o bajar largos tramos de escalera. En esta fase, el dolor se calma fácilmente con el reposo. Sin embargo, en la artrosis de cadera avanzada el dolor se hace más intenso y continuo y aparece tras la realización de menores esfuerzos físicos, como calzarse o cruzar una pierna encima de la otra cuando se está sentado. Cuando la enfermedad está evolucionada puede aparecer una cojera al caminar. 

Otros síntomas que produce la artrosis de cadera son:

Rigidez al levantarse de la cama o después de estar sentado durante un largo tiempo.

Cualquier tipo de dolor, hinchazón o sensibilidad en la articulación de la cadera.

Un sonido o sensación de huesos frotando contra huesos.

Incapacidad para mover la cadera y llevar a cabo actividades rutinarias, como ponerse los calcetines.

Tratamiento de la artrosis de cadera

Un diagnóstico preciso y un tratamiento temprano de la artrosis de cadera ayudan a disminuir el dolor y mejorar el funcionamiento de la articulación dañada. El tratamiento debe personalizarse a cada paciente, de acuerdo a los síntomas y a la gravedad que presente la enfermedad.

El tratamiento de la artrosis de cadera, según la gravedad y la situación del paciente, consta de:

-Uso de AINE (antiinflamatorios no esteroideos) para el dolor.

-Dormir lo suficiente cada noche.

-Control del peso (las personas de peso normal tienen un riesgo de 20% de sufrir de artrosis de cadera, aquellos con sobrepeso tienen un 25% de riesgo, y los obesos tienen un 39% de riesgo de ser víctimas de esta enfermedad).

-Programas de ejercicios acuáticos.

-Terapia física (rango de movimiento y ejercicios de fortalecimiento).

-Terapia ocupacional (dispositivos de asistencia, protección de las articulaciones).

-La cirugía es considerada como una opción de último recurso. Los procedimientos quirúrgicos incluyen artroscopia, osteotomía o reemplazo total de cadera.

-Infiltraciones con Plasma Rico en Factores de Crecimiento. Es una terapia mínimamente invasiva que consigue la regeneración de tejido afectado sin ingreso hospitalario ni intervención quirúrgica. También se pueden combinar los Factores de Crecimiento con la Ozonoterapia.
MOVIMIENTOS DE LA CADERA

FLEXIÓN DE CADERA



ROTACIÓN INTERNA DE LA CADERA



ROTACIÓN EXTERNA DE LA CADERA



ADUCCIÓN DE LA CADERA



ABDUCCIÓN DE LA CADERA



LESIONES FRECUENTES DE RODILLA:

LUXACIÓN DE RODILLA
Es una urgencia locomotriz con lesión de la arteria poplítea y el nervio peroneo común (cuando es lateral). Desgarro de LCA, LCP, LLI y LLE.
Es obligatorio proceder a su reducción inmediata e inmovilización (ferulización). Se comprobarán los pulsos podales y se programará una arteriografía (puede haber oclusión diferida de la arteria poplítea por desgarro de un colgajo de la túnica íntima). Con posterioridad, casi siempre es preciso proceder a su remodelación quirúrgica.

ROTURAS DE MENISCO
Los meniscos son estructuras semilunares fibrocartilaginosas que se insertan en la superficie de la tibia (mejoran la congruencia de la rodilla, transmiten cargas, actúan de amortiguadores y mejoran la estabilidad articular de la rodilla). Repárese en que después de una meniscectomía se reduce el área de contacto y que las presiones por contacto aumentan más del 350%.

La irrigación sanguínea se limita de un cuarto periférico a un tercio (las roturas en la región vascular pueden curarse). Las roturas del menisco medial son 5 veces más corrientes que las roturas del menisco lateral.

Los meniscos se rompen cuando quedan atrapados entre las dos superficies articulares, como cuando se aplica una fuerza rotatoria sobre la rodilla cargada (un giro brusco cuando el deportista se levanta de una sentadilla completa). Exploración. Se aprecia dolor, derrame diferido y rodilla bloqueada con rotura en asa de cesta. Las roturas menores provocan chasquidos y engatillamientos recurrentes y dolor en la línea articular.

PROBLEMAS DE LA ARTICULACIÓN FEMORORROTULIANA

La rótula es un hueso sesamoideo situado en el tendón del cuádriceps (presente a las 7,5 semanas de gestación). Mejora la eficacia del mecanismo del cuádriceps porque alarga la palanca de momento, reduce la fricción, mejora la estabilidad y centraliza la tracción del músculo cuádriceps;
además, protege la cara anterior de la articulación. La estabilidad de la rótula depende de la anatomía del surco troclear y rotuliano, de la tensión estática de los tejidos blandos de los retináculos medial y lateral de la rótula, y del control dinámico del cuádriceps. El músculo vasto medial es especialmente importante para mantener el equilibrio femororrotuliano y un curso normal.

Las lesiones agudas de la articulación femororrotuliana son traumatismos directos, subluxación o luxación, fractura de rótula y desgarro del tendón del cuádriceps o del ligamento rotuliano.
Muchos pacientes presentan dolor en la porción anterior de la rodilla
sin lesión alguna.

Síndrome doloroso en la porción anterior de la rodilla
Es la dolencia de rodilla más habitual en el deporte. El dolor puede estar muy localizado (tendinitis rotuliana), pero por lo general es vagamente anterior; se agrava cuando se aplica una carga sobre la rodilla flexionada (subir escaleras o rampas), o bien después de estar uno sentado durante un
período de tiempo prolongado. Se aprecia crepitación, engatillamiento, debilidad, sensación de que la rodilla cede y derrame. Son muchas las causas y la exploración física puede ser intranscendente aparte de la crepitación retrorrotuliana:

  • Traumatismos (lesión osteocondral).
  • Alineamiento defectuoso:
    • -predisposición anatómica,
    • -desequilibrio muscular,
    • -subluxación de rótula,
    • -displasia rotuliana.
  • Lesiones por compresión:
    • -síndrome por presión lateral excesiva,
    • -rótula bloqueada o clavada.
  • Sobrecargas:
    • -tendinitis rotuliana,
    • -síndrome del pliegue sinovial infrarrotuliano medial,
    • -irritación de los retináculos,
    • -enfermedad de Osgood-Schlatter,
    • -rótula bipartita.
  • Enfermedades degenerativas/inflamatorias.
  • Enfermedades idiopáticas:
    • –condromalacia primaria.

El 80% de estos pacientes responde a las medidas conservadoras. Se identifican las actividades que desencadenan y agravan la afección. El programa físico comprende el fortalecimiento del cuádriceps y, en concreto, la tonificación del músculo vasto medial (elevar la pierna recta y girarla externamente) con estiramiento de los isquiotibiales. Se vendará la rótula o empleará una rodillera en S. Si no se aprecian mejoras en un plazo de 6-8 semanas, se repetirá el diagnóstico y se emprenderán otros estudios complementarios.


Sherry, E. Manual Oxford de Medicina deportiva Editorial Paidotribo 2002 Barcelona