LUXACIÓN DE RODILLA
Es una urgencia locomotriz con lesión de la arteria poplítea y el nervio peroneo común (cuando es lateral). Desgarro de LCA, LCP, LLI y LLE.
Es obligatorio proceder a su reducción inmediata e inmovilización (ferulización). Se comprobarán los pulsos podales y se programará una arteriografía (puede haber oclusión diferida de la arteria poplítea por desgarro de un colgajo de la túnica íntima). Con posterioridad, casi siempre es preciso proceder a su remodelación quirúrgica.
ROTURAS DE MENISCO
Los meniscos son estructuras semilunares fibrocartilaginosas que se insertan en la superficie de la tibia (mejoran la congruencia de la rodilla, transmiten cargas, actúan de amortiguadores y mejoran la estabilidad articular de la rodilla). Repárese en que después de una meniscectomía se reduce el área de contacto y que las presiones por contacto aumentan más del 350%.
La irrigación sanguínea se limita de un cuarto periférico a un tercio (las roturas en la región vascular pueden curarse). Las roturas del menisco medial son 5 veces más corrientes que las roturas del menisco lateral.
Los meniscos se rompen cuando quedan atrapados entre las dos superficies articulares, como cuando se aplica una fuerza rotatoria sobre la rodilla cargada (un giro brusco cuando el deportista se levanta de una sentadilla completa). Exploración. Se aprecia dolor, derrame diferido y rodilla bloqueada con rotura en asa de cesta. Las roturas menores provocan chasquidos y engatillamientos recurrentes y dolor en la línea articular.
PROBLEMAS DE LA ARTICULACIÓN FEMORORROTULIANA
La rótula es un hueso sesamoideo situado en el tendón del cuádriceps (presente a las 7,5 semanas de gestación). Mejora la eficacia del mecanismo del cuádriceps porque alarga la palanca de momento, reduce la fricción, mejora la estabilidad y centraliza la tracción del músculo cuádriceps;
además, protege la cara anterior de la articulación. La estabilidad de la rótula depende de la anatomía del surco troclear y rotuliano, de la tensión estática de los tejidos blandos de los retináculos medial y lateral de la rótula, y del control dinámico del cuádriceps. El músculo vasto medial es especialmente importante para mantener el equilibrio femororrotuliano y un curso normal.
Las lesiones agudas de la articulación femororrotuliana son traumatismos directos, subluxación o luxación, fractura de rótula y desgarro del tendón del cuádriceps o del ligamento rotuliano.
Muchos pacientes presentan dolor en la porción anterior de la rodilla
sin lesión alguna.
Síndrome doloroso en la porción anterior de la rodilla
Es la dolencia de rodilla más habitual en el deporte. El dolor puede estar muy localizado (tendinitis rotuliana), pero por lo general es vagamente anterior; se agrava cuando se aplica una carga sobre la rodilla flexionada (subir escaleras o rampas), o bien después de estar uno sentado durante un
período de tiempo prolongado. Se aprecia crepitación, engatillamiento, debilidad, sensación de que la rodilla cede y derrame. Son muchas las causas y la exploración física puede ser intranscendente aparte de la crepitación retrorrotuliana:
- Traumatismos (lesión osteocondral).
- Alineamiento defectuoso:
- -predisposición anatómica,
- -desequilibrio muscular,
- -subluxación de rótula,
- -displasia rotuliana.
- Lesiones por compresión:
- -síndrome por presión lateral excesiva,
- -rótula bloqueada o clavada.
- Sobrecargas:
- -tendinitis rotuliana,
- -síndrome del pliegue sinovial infrarrotuliano medial,
- -irritación de los retináculos,
- -enfermedad de Osgood-Schlatter,
- -rótula bipartita.
- Enfermedades degenerativas/inflamatorias.
- Enfermedades idiopáticas:
- –condromalacia primaria.
El 80% de estos pacientes responde a las medidas conservadoras. Se identifican las actividades que desencadenan y agravan la afección. El programa físico comprende el fortalecimiento del cuádriceps y, en concreto, la tonificación del músculo vasto medial (elevar la pierna recta y girarla externamente) con estiramiento de los isquiotibiales. Se vendará la rótula o empleará una rodillera en S. Si no se aprecian mejoras en un plazo de 6-8 semanas, se repetirá el diagnóstico y se emprenderán otros estudios complementarios.
Sherry, E. Manual Oxford de Medicina deportiva Editorial Paidotribo 2002 Barcelona
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